¿Cómo transformar la ira que sentiste durante una conversación en una herramienta para tu crecimiento interior?

 
Crédito de imagen: Huayranga.com

Escribe: Moisés Gaviria.

Hace unos días tuve un momento de ira cuando conversaba con un ser querido; y luego de toda la revolución emocional que a veces se da en estos casos, pude descubrir qué aspecto de mí mismo había contribuido a que se generara dicha emoción en mi ser. Ahora he podido transformar ese momento de ira en una herramienta más para mi crecimiento interior y para ayudarme a vivir mejor. Aquí te cuento, a modo de consejos, la técnica que utilicé.

1. Asume tu responsabilidad


Crédito de imagen: Pixabay.com

 

Dejar de culpar a la otra persona por la ira que sentiste es el primer paso que debes dar. No se trata de que eximas de toda responsabilidad a tu interlocutor (cada quien es responsable de sus propios actos), sino de que comprendas que ante las mismas palabras que te dijo, otra persona que no fueras tú podría no haber sentido tanta ira, así que la diferencia la estás haciendo tú, y no necesariamente tu interlocutor; por lo tanto la responsabilidad sobre tu ira la tienes tú y no es culpa de nadie más.

Responsabilizarte de tu ira quizá te haga sentir culpable y se te haga difícil, pero aceptar esta responsabilidad te abrirá la puerta a la solución. Ponte a pensar: Si la otra persona es la única responsable de tu ira, entonces irremediablemente es esa persona quien tiene el poder de resolverla y dependerás de ella para sentirte mejor. ¿Es eso lo que quieres para ti? ¿Quieres ser así de dependiente emocionalmente? Aceptar tu responsabilidad te abrirá la puerta a tener el poder de resolver esa ira que sientes: Si tienes la responsabilidad, tienes el poder.

2. Practica la autoindagación


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Si ya sabes que otra persona que no fueras tú, podría haber reaccionado sin esa ira, y que, por lo tanto, eres tú quien hace la diferencia, pregúntate: ¿Por qué las palabras de aquella persona con la que conversé me causaron o me causan tanta ira? ¿Qué parte de mí es tan sensible a sus palabras que reacciono emocionalmente de esta manera? ¿Qué fibra de mi ser se afecta de ese modo?

Cuando se trata de que sientes ira ante las palabras de otra persona (muy diferente es que te golpeen y que por eso sientas ira), lo que está ocurriendo es que algún botón psicológico está detonando dentro de ti. Ponte a pensar por qué; descúbrete, conócete; haz el esfuerzo de escudriñarte a ti mismo o a ti misma y descubrir el motivo por el cual sientes esa ira.

Puede que sea un recuerdo muy antiguo, o una hipersensibilidad a ciertos temas; quizá una conducta aprendida o puede que te recuerde una frustración de algún tipo o algún deseo incumplido en general. Indaga. Hazte la chamba; como cuando tienes que hacer algo por trabajo y lo que haces es es ir, hacerlo, y ya; sin excusas ni retrasos.

Cuando descubras el porqué de tu ira, cuál era el botón psicológico que causó la detonación, sabrás que el esfuerzo y/o la valentía que hayas necesitado para escudriñarte habrá valido la pena, porque conocerás y verás claramente cómo funcionas, y desde ese conocimiento podrás gestionarte mejor a ti mismo o misma, y a tus emociones.

3. Resuelve


Crédito de imagen: Pixabay.com

 

Ahora que descubriste ese porqué, resuélvelo. Algunas cosas de seguro serán más sencillas de resolver que otras. Un susto ligero que hayas tenido alguna vez en tu infancia no será igual de resolver que si tienes un dolor profundo por cómo te trataron cotidianamente en esa época de tu vida; pero en cualquiera de los casos, las posibilidades de resolver el asunto y tener más paz e iluminación interior sí existen.

Recuerda que puedes pedir ayuda. Si cuando tienes un problema de gasfitería en tu casa llamas a pedir ayuda, ¿por qué no pedir ayuda cuando tienes un problema en otro aspecto de tu vida? Recuerda: Pedir ayuda cuando se necesita es un acto inteligente. Además, ten en cuenta que puedes conseguir ayuda de varias maneras: Hablar con un amigo o un desconocido puede ayudar; o si no quieres hablar con nadie, buscar en Google también ayuda (yo considero un acto inteligente de mi parte el haber googleado muchas veces cosas como “cómo manejar mi ira cuando me siento frustrado”).

Acuérdate: Haz lo que debas hacer, pero hazlo. Ya te lo decía líneas arriba: Como cuando tienes que hacer algo en el trabajo o para cumplir tus responsabilidades como padre, madre, o lo que fuere que sea tu responsabilidad; simplemente vas y lo haces, sin excusas ni retrasos. La gestión de tus emociones (como por ejemplo tu ira) es tu responsabilidad, y dicha gestión emocional es también una puerta valiosa para tu crecimiento personal.

4. Trátate bien siempre

Imagen proveniente de: Vanguardia MX

 

Recuerda que eres un ser humano. Haz el proceso cuantas veces sea necesario porque así te lo mereces y porque perseverar es un don que nos ha sido otorgado. Aunque falles en el intento y/o reincidas en el error, ámate a ti mismo o a ti misma siempre, luego vuélvelo a intentar pero siempre de una mejor manera, para obtener mejores resultados. Acuérdate: El amor hacia tu propia persona debe ser incondicional. Siempre mereces amarte, pase lo que pase y hagas lo que hagas; y ese amor te ayudará a desarrollarte como persona. Puede que no consigas el cambio que deseas a la primera, pero podrás ir mejorando a cada intento, y de eso se trata el crecimiento interior 🙂

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