Escribe: Moisés Gaviria.
Me siento re tribal al escribir esta nota, escuchando nuevamente los videos grabados ese día, comprendiendo esa pelea feminista, feminista y social, social y urbana, urbana y rural; al ritmo de batucadas, de sentimiento, de gritos de lucha.
Mientras me alistaba en la oficina pensé que en ese momento dejaba un poco de lado mi ser puramente empresarial, para una vez más, después de mucho tiempo, colgarme en el pecho una identificación de periodista. Esa partición del ser, sin embargo, me duró apenas unos minutos.
Corrían las 4:45 de la tarde ese soleado ocho de marzo 2019, la multitud calentaba sus tambores y los grupos se iban organizando. Las arengas empezaban a sonar, a decir su canto, su orgullo, a decir lo suyo, lo que tenían que decir. Algunos fotógrafos y comunicadores también hacían su aparición, y la Policía, por supuesto, también hacía lo suyo representada principalmente por las policías femeninas.
Luego de unos minutos, la tuve clara. La consigna era una sola, para la gran multitud de la marcha: La lucha por la igualdad de género y el respeto a los derechos de la mujer, de las jóvenes, de las niñas, de todas ELLAS. Pero también la lucha de todos; por una sociedad más justa y evolucionada, por una sociedad mejor, por UN MUNDO MEJOR.
En esa claridad, toda esa división entre empresario y periodista se disolvió entre la multitud; eso también lo tuve claro, estaba yo ahí como empresario y periodista, y estábamos ahí nosotros, Huayranga, como empresa y como actores sociales, también remando el mismo barco, hacia el mismo lugar.
Conversando con Marina Navarro, de Amnistía Internacional Perú
Al poco rato salimos hacia la Plaza San Martín. Habían muchos grupos participantes, de diversos tipos; y habían personas adultas, adultos mayores, jóvenes, adolescentes, niñas, y hasta alguno que otro animalito que habían venido a acompañar.
Todo fluía bien… Empezamos a avanzar, la multitud se movía, iniciábamos camino…
El mapeo va con el corazón
La ruta urbana no la tengo clara la verdad, porque no me sé los nombres de las avenidas; pero sí sé que íbamos hacia la Plaza San Martín, y también sé que en algún momento pasamos por la avenida Grau.
La ruta del sentimiento y de lo que se buscaba con esta marcha, se dejó definir muy bien por el entusiasmo de las personas participantes, por el ritmo de sus tambores, por el mensaje de sus carteles, por la letra de sus cantos.
Llegamos a destino
Ya llegada la noche llegamos a la Plaza San Martín, nuestro destino. El estrado estaba armado y todos íbamos llegando mientras desde ahí nos saludaban e informaban sobre los detalles de la marcha y de lo que iba a suceder en el evento a partir de ese momento.
Las batucadas siempre fueron algo especial y como tal fueron recibidas…
El Manifiesto
Luego del manifiesto hubo música y canciones. Nosotros nos tuvimos que ir al rato nada más, pero antes de irnos logramos escuchar atentamente tres canciones interpretadas por la cantante Merian, quien además dijo unas palabras que emocionaron a todos.
Una de esas tres canciones a mí particularmente me encantó, me tocó el corazón… Me hizo pensar en mi viejita, en ella como mujer; y en las mujeres en general, en su lucha (pienso ahorita mientras escribo también en mi hermana y mis cercanas)…
Esa canción me hizo terminar de cerrar ese sentimiento y pensamiento que me había estado formando todo ese tiempo durante la marcha. Me hizo terminar de entender (o al menos así lo creo) esto que buscan, esta idea de igualdad, justicia y equidad de género que todos deberíamos buscar -opino yo-, pero que en general son ellas las que la buscan y la pelean, las que la sudan…
Joaquín; tenías razón: Hay que estar ahí, con la gente, para entenderlo.
Me hizo terminar de entender su pelea (o al menos así lo pienso). Y también me hizo verlas de una manera en la que no las había visto nunca, así en una supermancha, unidas, peleando todas juntas, buscando un solo objetivo común. Si fui “ciego” y no lo vi tan claramente antes, lo lamento; y si ahora realmente lo vi, lo agradezco sobremanera.
No grabé el video del canción, pero buscamos el video en internet; un video de la canción, cantada por Merian, claro. Y lo encontramos. Se los dejo al final de la nota y espero que ahí permanezca, aunque escapa eso de nuestro control, pues está publicado en el canal YouTube Ambiente Criollo y ese canal no nos pertenece 🙂 .
Bueno; gracias totales. Gracias totales especialmente a ellas. Que estén muy bien y hasta la próxima.
PD: Yo me quedo con esta frase: “Pensar es altamente femenino.”