Escribe: Moisés Gaviria.
Las mujeres y los varones tienen los mismos derechos, y aunque puede que suene un tanto repetitivo decirlo en estos tiempos, una cosa es que tengan los mismos derechos, y otra cosa es que se les reconozca o que tengan la misma libertad que los varones para ejercerlos. He aquí la gran diferencia.
Una persona estudiosa en temas de Derecho podrá seguramente apuntalarnos el tema, pero para lo que quiero explicar, creo que este ejemplo me basta:
Una vez conversábamos en una mesa con unos amigos sobre las diferencias en las formas de vida de las mujeres y los varones (estábamos generalizando, por supuesto). De pronto llegó una amiga, alguien le hizo una pregunta y se desarrolló el siguiente diálogo:
- ¿Tú, por ejemplo, cuando vas por la calle; vas como que asustada porque en cualquier momento algún hombre te puede agredir o algo así?
- No sé si realmente asustada como dices, pero definitivamente sí voy más atenta a todo porque obviamente si un hombre nos quiere hacer daño, en general, evidentemente estaremos en desventaja.
Me quedé sorprendido ante aquella respuesta. Evidentemente no era un tema en el que pensara muy seguido. Cuando ando por las calles, básicamente no ando tan atento por si alguien quisiera agredirme, sintiendo que en general estaría en desventaja si eso por algún motivo sucediera, mucho menos ante alguien del sexo opuesto, es decir, ante una mujer.
Definitivamente el derecho a caminar tranquilos por las calles lo tenemos tanto varones como mujeres, pero no podríamos decir que -al menos en nuestra sociedad peruana- el ejercicio de ese derecho se realice de manera igualitaria. Para eso el comportamiento de muchos tendría que ser muy diferente, o tendría que haber una forma práctica de hacer equitativo dicho ejercicio, algo así como que cada mujer vaya acompañada de un varón promedio como para equilibrar el asunto. Definitivamente ninguna de esas dos alternativas se da por el momento.
Negarnos a reconocer esa realidad sería hacernos a los que no vemos lo que es más que evidente. Al menos ahora en nuestro querido Perú, todavía nos falta mucho camino por recorrer en este sentido. Ese derecho no se ejerce de manera igualitaria, y por lo tanto, como decía nuestro querido Vallejo, “Hay, hermanos, muchísimo que hacer.”.
Es un asunto de justicia, simplemente
Y es de todos el deber de proteger la justicia. Es el techo de todos, que nos protege a todos. Por donde haya huecos, sin importar dónde estén, al final el aire que se filtre a todos nos afectará.
¿Pero quién viene enarbolando esta búsqueda de justicia hace ya un buen tiempo?
Aunque el esfuerzo conjunto puede venir de muchos lugares y de muchas personas en particular, es el movimiento feminista. Ojo: Para efectos de este escrito, nos referimos al feminismo tal y como lo define la Real Academia de la Lengua Española, ahora en marzo 2019:
Si el feminismo consiste en luchar por la realización efectiva del principio de igualdad de derechos entre la mujer y el hombre, entonces bien por el feminismo; y quienes estemos a favor de esta igualdad podemos apostar por apoyar a los movimientos y grupos sociales que se esfuerzan por conseguir este objetivo, el de la lucha por la igualdad, y no por la ventaja de ninguno sobre el otro.
Queremos animarlos a aprovechar todo este mes de marzo para: Recordar lo ya logrado en este aspecto de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres; reconocer a quienes más han trabajado y trabajan por esto; y meditar sobre todo el camino que falta por recorrer.
¡Feliz Día Internacional de la Mujer 2019!