Crédito de imagen: Joaquín Vegano
Escribe: Hillary Ruiz
Hola, amigos huayrangueros. En este artículo no les contaré sobre la historia de otra mascota en busca de ayuda o de los beneficios de algún alimento. Les escribiré acerca de mi experiencia en Huayranga, una empresa social que cambió mi forma de pensar en varios aspectos.
Han sido ocho meses llenos de aprendizaje. Mi experiencia como redactora se inició en Huayranga. Imaginen lo complicado que ha sido redactar acerca de algunos alimentos o sobre la alimentación que debemos tener. Todo un mundo nuevo para mí, pero realmente interesante. He cambiado algunos hábitos alimenticios a raíz de las entrevistas con expertos, además de comentarlos con mi entorno.
Asimismo, ha crecido mi cariño por los animales, esos pequeños seres que nos llenan de amor, pero que muchas veces son maltratados o abandonados a su suerte. Cada historia de Huellita feliz me hizo entender que se necesitan más personas como Joaquín o Deisy, para que más mascotas puedan gozar del calor familiar.
Crédito de imagen de: Joaquín Vegano
En estos ocho meses he conocido personas muy apasionadas por lo que hacen y que día a día se esfuerzan por conseguir un poquito más. Huayranga está conformada por ese tipo de gente, además de ser muy agradables y amables. El compañerismo dentro de la oficina se refleja en nuestro trabajo, para el cual cada uno de nosotros se esmera en conseguir.
Tal vez muchos no lo sepan, pero Huayranga no solo es una empresa que vende distintos productos, su objetivo principal es ayudar albergues de niños y animales para mejorar su calidad de vida. Cuando Moisés me explicó esto quedé encantada con la idea y entendí que muchas personas están tratando de mejorar el mundo, puede ser con pequeñas acciones, pero eso está marcando la diferencia.
Huayranga ha sido una gran casa durante este tiempo y sé que lo seguirá siendo.
